Qué nos deja en concreto el G-20

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Más allá de la música y las lágrimas, si logra favorecer un cambio de tendencia en el comercio exterior habrá cumplido con parte de los objetivos que la Argentina se propuso.

Por Hernán Murúa

Nuestro país jugó una de las partidas más importantes en la historia de su política exterior, con la discusión sobre la agenda global por parte de los líderes de los principales países desarrollados y en vías de serlo, realizada en Buenos Aires el 30 de noviembre y 1º de diciembre pasados.

En la ocasión se planteó un debate entre “las posturas proteccionistas, en algunos casos más discursivas y en otros más reales, de algunos pocos, pero poderosos líderes globales, y aquellas que defienden el mundo abierto y el multilateralismo que caracterizó marcadamente las relaciones internacionales de los últimos treinta años, sostenidas por una mayoría cada vez más tímida y silenciosa”, explica Patricio Degiorgis, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Belgrano.
Sin embargo, a juicio del experto, lo más importante reside en que toda la atención recibida por el país en esta circunstancia junto con el apoyo internacional a lo largo de este difícil 2018 “siga vivo”. Es que, según su perspectiva, “el problema radica en que todo ese sostén recibido proviene de países con marcadas posiciones encontradas y con visiones del mundo claramente contrapuestas. En particular, las de China y Estados Unidos, dos de los tres principales socios comerciales de la Argentina”.

Es real, admite Degiorgis, que la atención de mundo no pasa ciertamente por la Argentina, sino por cómo se aborden y evolucionen las tensiones que hoy enfrentan a los Estados Unidos con China, a Turquía con Arabia Saudita, o a la Unión Europea con Rusia, por sólo citar algunas. Pero para la Argentina, la “inserción inteligente en el mundo”, fijada como prioridad internacional por la actual administración, implica alcanzar acuerdos concretos que beneficien a las partes implicadas.
¿Puede significar un cambio de tendencia para nuestro comercio exterior? Así se lo pregunta Carlos Alonso, director de la licenciatura en la materia de la UB. El experto explica al respecto que el último comunicado del INDEC, con cifras estimadas a octubre de 2018, informa que, por segundo mes consecutivo, el saldo comercial del país fue positivo en 277 millones de dólares. Sin embargo, dicha diferencia favorable apenas amortiguó el déficit de 6.175 millones acumulado durante enero-octubre, producto de la tendencia ininterrumpida de saldos negativos registrados desde enero de 2017.

No obstante el déficit, las exportaciones enero-octubre de 2018 crecieron en 1.613 millones, un 3,3 por ciento, respecto de las de igual período de 2017, porcentaje casi igual al de las importaciones, que se elevaron el 3,2 por ciento. En valores absolutos, mientras las exportaciones alcanzaron los 50.988 millones, las importaciones sumaron 57.164 millones de dólares.
“El saldo favorable de octubre no se originó en el intercambio con los principales socios comerciales. Todo lo contrario. Tanto Brasil como China, los Estados Unidos y la Unión Europea mantienen la balanza comercial a su favor. En el acumulado de los cuatro mercados, el déficit argentino fue de 977 millones de dólares en octubre, frente a 1.969 millones de igual mes de 2017. En el análisis comparativo interanual enero-octubre, mientras el saldo negativo disminuyó el 31,5 por ciento con relación a Brasil y 8,9 por ciento con la Unión Europea, se incrementó 20,3 por ciento con China y 15,7 por ciento con los Estados Unidos”, puntualiza Alonso.

Por su parte, la canasta de productos intercambiados tuvo un comportamiento dispar. Combustibles y Energía registró las mayores subas en las exportaciones, tanto en octubre (31 por ciento) como en enero-octubre (82,6 por ciento). A la inversa, Productos Primarios descendió el 3,2 y el 11,3 por ciento, respectivamente para los períodos citados. Por el contrario, Manufacturas de Origen Agropecuario se expandió el 4,4 por ciento en octubre y apenas el 0,6 por ciento en el acumulado de los diez primeros meses. Finalmente, Manufacturas de Origen Industrial resultó el único sector con resultado negativo de 3,4 por ciento en octubre de 2018, pero positivo de 9,3 por ciento en la comparación de los diez primeros meses.
En cuanto a las importaciones, la disparidad fue mayor para los grandes agregados, de acuerdo con el especialista. La relación octubre 2018-octubre 2017 registró una caída del 18,2 por ciento en el total de productos importados por la Argentina. Sólo Bienes Intermedios tuvo un incremento del 11,6 por ciento. Quienes más contribuyeron en la suba total de compras externas del 3,2 por ciento en los diez primeros meses de 2018, frente a los de 2017, fueron Combustibles y Lubricantes, con el 21,5 por ciento, y Bienes Intermedios, con un 17,3 por ciento.

En suma, Alonso sostiene que “cabe preguntarse si el paso de un saldo deficitario de la balanza comercial externa a uno superavitario, tal como se registró en septiembre y octubre, se mantendrá como tendencia virtuosa”. O bien, continúa, “si sólo fue resultado de un ajuste cambiario significativo como el acontecido a mediados de año”.
Algunos de los resultados señalados previamente aportan para el análisis. De hecho, a excepción de los Productos Primarios, cuyo descenso en las exportaciones obedeció a la menor oferta de granos, por la caída en la producción, los restantes sectores contribuyeron en la suba total acumulada. El más significativo fue el de las Manufacturas de Origen Industrial, con el 9,3 por ciento.

Otros logros parecen más profecías sobre el futuro, ya que las estimaciones para el ciclo agrícola 2018-2019 prevén una recuperación de la producción, lo cual redundaría en una mayor oferta final, con excedentes exportables superiores. El resultado de la cosecha fina, a fin de año, brindaría una primera respuesta al respecto.
Para concluir, Alonso sostiene que las primeras noticias de los encuentros bilaterales en el marco del G-20 se sitúan en igual senda: “Por ejemplo, en la apertura del mercado de los Estados Unidos para las exportaciones de carne vacuna, si bien habrá que ver cuán rápido se aceptan las condiciones sanitarias para su ingreso. Además, los convenios firmados con China para diversos productos agropecuarios, como carnes y cerezas, también permiten avizorar que tales mercados contribuirán con un incremento de las ventas externas de la Argentina”.

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