Economía: El escenario y las expectativas

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Analizamos con el economista Sebastián Menescaldi, director asociado en la consultora Eco Go, los últimos movimientos de la economía y las perspectivas que se abren, en la coyuntura y de cara el futuro inmediato.

Por Rodolfo Pollini

¿Cómo ves el escenario económico argentino, con acuerdo con el Fondo y el agregado, luego, de la guerra?
El acuerdo con el FMI fue un poco mejor de lo esperado, porque detrás hay un poco más de dólares de lo previsto. El primer desembolso recibido fue de 9800 millones, de los cuales 2800 fueron a cancelar deuda. Esto ayudó un poco más a la recomposición de las reservas netas, que pasaron de ser negativas en 500 millones a positivas en 6800 millones, aproximadamente. El acuerdo intenta evitar un deterioro mayor de la Argentina y marca el déficit, el financiamiento monetario, las reservas y qué hacer con las tarifas. Marca límites que ya estaban fijados en enero antes de que comience la guerra, pero con la guerra algunas cosas se complicaron, como el marco fiscal.

¿El ajuste fiscal y monetario seguirá como se planteó o será pasible de revisión?
Vas a tener que calibrar el modelo, porque vas a tener más inflación y probablemente menos crecimiento, pero la meta tiene que ser igual, por lo cual algunas acciones van a tener que tomarse. Probablemente la baja en subsidios prometida, de 0,6 puntos del PBI, no va a existir y es posible que este año el gasto en subsidios se incremente porque los aumentos de tarifas no alcancen para reducirlos. Quizá parte de esto se salve con mayores ingresos por inflación, parte se va a licuar de las jubilaciones y algo del ajuste lo podrían pagar las provincias, vía transferencias o con menos obras. El programa tiende a reforzar el balance del Banco Central, que haya más reservas y se emitan menos pesos. Hay que ver si el Gobierno puede implementar las medidas para llegar a esa meta. Ya vimos lo que pasa para subir las tarifas, incluso por debajo de lo que sube la inflación. En realidad, las tarifas están bajando en términos reales, pero hay un lío político que no deja avanzar y el mercado empieza a ver si se van a tomar o no las medidas.

¿Qué creés que va a pasar con la brecha cambiaria y cómo fluctúa, por ejemplo cuando el dólar paralelo había bajado y en los últimos días de abril volvió a subir mucho?
La brecha estuvo en 120% antes del entendimiento, a fines de enero. Lo que vi en el movimiento de abril fue una corrección dentro de un mercado muy chiquito donde cualquier cambio en la tendencia, sobre todo si es para salida de capitales, afecta fuertemente al precio. La brecha va a estar entre 70% y 90% en los próximos tres o cuatro meses y con volatilidad. Se achicó respecto a lo que era. Vamos a estar en esos márgenes, salvo que haya una complicación política. A partir de febrero ingresaron muchos dólares para hacer carry trade con la tasa en pesos, se le ganaba a la inflación y se esperaba que iba a bajar el dólar financiero. Eso fue lo que pasó, pero cuando alguno quiere salir quieren salir todos y eso provoca un exceso de demanda de dólares sobre la poca oferta que hay. La brecha no es algo que hoy me preocupe.

¿No ves un contexto como el de 2018?
No. En ese periodo había mucha deuda de corto plazo en manos de extranjeros. En 2019, de la deuda en pesos de corto plazo dos tercios estaba en manos de los fondos del exterior. Hoy eso debe ser un 20% o un poco menos.

El brote de la inflación en el primer trimestre de este año tuvo como contrapartida paritarias muy altas y a revisar más adelante. ¿Eso puede derivar en más inflación y la necesidad de nuevas paritarias después?
Hubo un error de implementación. La inflación subió en parte por la guerra, en parte porque se empezó a descongelar otros precios, hubo aumentos de tarifas de electricidad y de gas, se empezó a recomponer el precio de los combustibles y hubo subas en educación, salud y comunicaciones. El 4,7% de febrero asustó, el 6,7% de marzo asustó mucho más y se vio fogoneado porque la semana que el Gobierno anunció el comienzo de la guerra a la inflación los precios de los alimentos aumentaron 4%, cuatro veces lo que aumentan en general. El Gobierno llamó a paritarias y dio el bono. El bono estuvo bien, pero creo que lo de las paritarias fue una decisión apresurada, que puede generar problemas. Comercio cerró con una base de casi 60%. Si tenías alguna chance de que en adelante la inflación bajara al 3% o 3,5% mensual, terminaste condenándola a un piso de 60%. A comienzos de marzo nosotros teníamos una previsión de precios para el mes de 5,3%, porque había casi un punto y medio de precios desregulados, pero con los anuncios del Gobierno los precios volaron. Vamos a tener inflación más alta de acá hasta fin de año.

¿En cuánto la estiman?
En 70%.

¿Lo que se otorgó para compensar en los ingresos el impacto de la inflación del primer trimestre se va a financiar con emisión?
Probablemente se termine financiando en parte con inflación, en parte con mayores derechos de exportación y algo de seguridad social. La contra es que va a haber menos obras, los subsidios van a ser iguales y probablemente caigan las jubilaciones, porque al tener una inflación más alta que el año pasado, la fórmula de actualización implica que baje el peso de las jubilaciones en el gasto.

Para hablarle a quien sale todos los días a vender, ¿cómo impacta este escenario en el consumo?
No vemos que este año el consumo se recomponga. La inflación va a ser elevada y va a estar complicada la importación, porque no hay dólares.
El Banco Central tiene que comprar dólares, a diferencia del año pasado que se consumieron 12.000 millones para mantener la actividad. Lo que vimos el año pasado en el consumo y los ingresos de las familias fue un primer semestre chato y aumento en el segundo. Este primer trimestre cayeron 1,5% y probablemente caigan después. No tenemos dólares, por más demanda, por más pagos de turismo y por los que va a reclamar el sector energético si se duplican las importaciones de energía. Muchas cosas importadas van a tener en la Argentina el precio que no tienen en otras partes del mundo. La inflación de los bienes en dólares va a ser importante, porque al no haber otra oferta que los reemplace, el que importe y tenga stock lo va a cuidar. La importación de autos en el primer trimestre fue parecida a la de 2004 o 2005, es el reflejo de que no hay dólares.

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