Vivimos un gran momento en la historia de la humanidad al presenciar y transitar la cuarta revolución industrial con el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), una tecnología equiparable a la aparición de la rueda, la imprenta, el motor a vapor y la computación. Expertos en el campo, como la Universidad de Stanford, afirman que la IA atravesará y transformará todo tipo de industria, así como también organismos públicos y privados, salud, educación, seguridad, el ámbito militar, o simplemente el entretenimiento, como lo hicieron las grandes invenciones del pasado.

Los avances en algoritmos y en la interpretación del lenguaje humano permitieron el impulso y desarrollo de esta tecnología. La IA comenzó a gestarse en la década de 1940, dando como sus primeros resultados el desarrollo de los pronósticos del tiempo en los años 50, el lenguaje natural en los 60 y la robótica y GPS en los 70.

Pero, ¿qué es la IA? La  podemos definir como un software (programa, modelo) instalado en un equipo (hardware) que tiene la capacidad de procesar un gran volumen de datos y llegar a resultados que pueden ser estimaciones (proyecciones), textos, dibujos, videos, o toma de decisiones para acciones robóticas. Esa capacidad es lo que se llama Inteligencia Artificial (IA).

La clasificación más común que se utiliza es la que divide a la IA en:

Inteligencia Generativa: la cual a través de una instrucción (prompt) puede generar texto, imagen, audio, video o código. Cómo ejemplo podemos citar preguntas sobre diferentes temas, resumir un archivo en pdf, convertir un audio en texto, crear un jingle musical, diseñar un video, una aplicación para celulares o una página web.

Inteligencia Predictiva: es la que puede procesar grandes volúmenes de datos para realizar estimaciones, proyecciones y toma de decisiones (en robótica). Se puede citar como ejemplos Google Maps, Waze, autos autónomos, estratificación de clientes, diagnósticos médicos, y robótica, entre otros.

Es por esto que,  al facilitar las tareas humanas, la IA viene demostrando una gran capacidad innovadora. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), puede llevar a las primeras empresas que la adopten a un significativo aumento en la productividad, similar a lo que ocurrió con la aparición del comercio electrónico y las primeras empresas e instituciones que lo incorporaron.